karate-do significa literalmente>, pero en su contexto lo definiríamos como la ciencia que estudia los movimientos del cuerpo humano, la respiración y la mente.
Inicialmente se desarrollo en China, pasó a Okinawa a través de sus relaciones comerciales y culturales, más tarde en este siglo, al Japón, codificándose y refinándose hasta su actual forma.
Los maestros okinawenses transmitieron su saber a sus alumnos japoneses, que lo estudiaron e incluso lo innovaron: LO HICIERON DEPORTE, a pesar de las advertencias de los primeros.
Como consecuencia, el arte perdió autenticidad.
Siendo socialmente disciplinados se adaptaron bien al Karate-do. En corto dieron sus frutos y los tres estilos originales se multiplicaron, conservando unos sus formas formas tradicionales e históricas y adoptando otros una fuerte vertiente deportiva al adaptarse a los nuevos tiempos.
Ambas facetas aportan al individuo auto disciplina, seguridad, beneficios físicos y psíquicos.
Los nuevos maestros japoneses traspasaron sus fronteras y fundaron clubs en Occidente. Difundieron su arte a través de exhibiciones, exponiendo su efectividad con demostraciones técnicas, combates contra otros sistemas de lucha y rotura de todo tipo de materiales. A esto
se le sumó la aparición en pantalla de numerosos filmes de artes marciales. El público se entusiasmó y se produjo un gran auge de estas disciplinas. En poco tiempo los gimnasios se llenaron de gente.
Los nuevos practicantes venían influenciados por las películas, eran pocos los que buscaban
desarrollar su cuerpo y mente. Este furor pasó a la historia, ahora los que se nos acercan buscan
seguridad y salud, una forma de defensa personal y de pasar el tiempo sin ver el vídeo.
Cuando una persona se decide a practicar un arte marcial, se encuentra en su inicio en un mundo desconocido: habitos, costumbres y formas de vida diferente. Si ha decidido a practicar karate, a
corto plazo de tiempo observará en las técnicas fundamentales una forma tradicional en su
ejecución. Pasando un tiempo las efectuará de una forma deportiva. Resumiendo , si aludimos al encabezamiento entre karate deportivo y karate-do, la misma persona realizará forma tradicional con enfoque deportivo.
Finalizada esta etapa, a través de su maduración humana y técnica, volverá a los inicios del
karate tradicional, en el estudio de una serie de facetas relacionadas con los orígenes del karate,
donde estuvo fuertemente influenciado por filosofías y religiones orientales ( budismo, taoísmo, etc. ). También por diversas técnicas especificas como el yoga, a través de los sistemas de calentamiento y respiración, y por técnicas de digitopuntura en el estudio de los puntos vitales.
Estas se traducen en un trabajo de perfeccionamiento y búsqueda del origen y sentido de las técnicas, del desarrollo de la respiración y de la energía interna.
Nuestro karateka ha llegado a su techo en busca de la verdad y desarrollando al máximo su cuerpo, mente y espíritu.
Publicado en noviembre del 1989, revista EL RESSÓ.
Inicialmente se desarrollo en China, pasó a Okinawa a través de sus relaciones comerciales y culturales, más tarde en este siglo, al Japón, codificándose y refinándose hasta su actual forma.
Los maestros okinawenses transmitieron su saber a sus alumnos japoneses, que lo estudiaron e incluso lo innovaron: LO HICIERON DEPORTE, a pesar de las advertencias de los primeros.
Como consecuencia, el arte perdió autenticidad.
Siendo socialmente disciplinados se adaptaron bien al Karate-do. En corto dieron sus frutos y los tres estilos originales se multiplicaron, conservando unos sus formas formas tradicionales e históricas y adoptando otros una fuerte vertiente deportiva al adaptarse a los nuevos tiempos.
Ambas facetas aportan al individuo auto disciplina, seguridad, beneficios físicos y psíquicos.
Los nuevos maestros japoneses traspasaron sus fronteras y fundaron clubs en Occidente. Difundieron su arte a través de exhibiciones, exponiendo su efectividad con demostraciones técnicas, combates contra otros sistemas de lucha y rotura de todo tipo de materiales. A esto
se le sumó la aparición en pantalla de numerosos filmes de artes marciales. El público se entusiasmó y se produjo un gran auge de estas disciplinas. En poco tiempo los gimnasios se llenaron de gente.
Los nuevos practicantes venían influenciados por las películas, eran pocos los que buscaban
desarrollar su cuerpo y mente. Este furor pasó a la historia, ahora los que se nos acercan buscan
seguridad y salud, una forma de defensa personal y de pasar el tiempo sin ver el vídeo.
Cuando una persona se decide a practicar un arte marcial, se encuentra en su inicio en un mundo desconocido: habitos, costumbres y formas de vida diferente. Si ha decidido a practicar karate, a
corto plazo de tiempo observará en las técnicas fundamentales una forma tradicional en su
ejecución. Pasando un tiempo las efectuará de una forma deportiva. Resumiendo , si aludimos al encabezamiento entre karate deportivo y karate-do, la misma persona realizará forma tradicional con enfoque deportivo.
Finalizada esta etapa, a través de su maduración humana y técnica, volverá a los inicios del
karate tradicional, en el estudio de una serie de facetas relacionadas con los orígenes del karate,
donde estuvo fuertemente influenciado por filosofías y religiones orientales ( budismo, taoísmo, etc. ). También por diversas técnicas especificas como el yoga, a través de los sistemas de calentamiento y respiración, y por técnicas de digitopuntura en el estudio de los puntos vitales.
Estas se traducen en un trabajo de perfeccionamiento y búsqueda del origen y sentido de las técnicas, del desarrollo de la respiración y de la energía interna.
Nuestro karateka ha llegado a su techo en busca de la verdad y desarrollando al máximo su cuerpo, mente y espíritu.
Publicado en noviembre del 1989, revista EL RESSÓ.
